martes, 22 de octubre de 2013

DETRÁS DEL CRISTAL de Mayte Esteban

Título: Detrás del cristal.
Autor: Mayte Esteban.
Formato: ebook.
Ediciones B, 2013.
Páginas: 214 (estimación)

Desde hace casi un año la lista de escritores que incrementan mi registro de amistades en las redes sociales se ha multiplicado hasta el infinito. Me encantaría leerlos a todos, la verdad, porque estoy segura de que todos se dejan la piel a tiras en cada párrafo, en cada diálogo y, al final, acabamos conociendo parte de su personalidad a través de sus obras.

Hoy vengo a hablar de una autora a la que conocí en un grupo literario. Su forma de expresarse me llamó la atención dentro de ese ambiente intuitivo y semioculto que se genera en las redes sociales y que, definitivamente, ya forma parte de nuestras vidas.

Creo que Mayte Esteban es una de las autoras que más pone de ella misma en todo lo que escribe. Me gusta esa percepción de sinceridad que se desprende de sus palabras, habla desde una perspectiva franca y a veces íntima, y cuando uno se muestra tal como es su mensaje siempre cala en la mente del que lee.

Hace tiempo que quería leer una novela suya. Tenía varias donde escoger. «La Arena del Reloj» estaba entre mis favoritas, pero al final me decidí por «Detrás del Cristal», recientemente fichada por Ediciones B.

«Detrás del Cristal» es una historia que entrelaza varias vidas, aunque el centro de la trama gire en torno a Ana Iriarte y Andrés Gálvez. Ana es una joven que tiene un bebé de diez meses, es madre soltera y su situación económica está al borde del colapso. Su urgencia por reunir dinero, para que su casero no la desahucie por impago, la empuja a cometer una locura: dejar a Pablo, su bebé, en la puerta de un desconocido mientras ella trabaja durante unas horas en un bar. Con el bebé, una nota: «Cuídalo un rato, por favor. Después vengo a buscarlo. Se llama Pablo. Gracias». El depositario del bebé es Andrés, un joven ejecutivo que está a punto de partir de vacaciones hacia el Caribe, y sabe tanto de bebés como Ana sabe de especulación financiera.
A partir de este hecho os podéis imaginar la situación.

Los personajes secundarios están ligados de una forma directa con los protagonistas, y aunque la novela es corta nos muestra casi todas las dimensiones de las relaciones humanas: amor, amistad, ternura, codicia, maldad, traición, maltrato, desesperación, remordimiento… En fin, que lo tiene todo para atrapar al lector.

Reconozco que al principio me costó comprender la actitud de Ana, tal vez porque soy madre y sólo de pensar en dejar a mi hijo tan pequeñito con un desconocido me entran escalofríos. Pero esa falta de empatía con la protagonista pronto se ve superada por la atracción que genera el dúo de Andrés y Pablo. Ambos te cautivan y te arrancan muchas sonrisas. Los apuros que Andrés atraviesa durante las primeras horas con Pablo, al que tiene que alimentar, vestir, bañar y consolar, son muy tiernos y divertidos.
Según avanzaba en la novela me iba reconciliando con Ana. A fin de cuentas este es uno de los puntos destacables de la historia: que los personajes son personas normales, con todos sus defectos e imperfecciones, alejados del prototipo de personaje perfecto que sabe qué hacer en cada momento, aquellos que siempre encuentran ideas brillantes para resolver sus problemas. Es verdad que ese tipo de personaje nos gusta mucho, y cuando nos encontramos con algunos cuyos actos no son tan comprensibles, amusgamos las orejas y nos cuesta ponernos en su lugar.
Pero así es la realidad, imperfecta.

El tema del maltrato también está presente. Mayte Esteban lo muestra sin profundizar en exceso, lo suficiente para hacernos reflexionar. Una pregunta se abre camino entre los párrafos: ¿Qué haríamos si tuviéramos conocimiento de que un amigo o amiga está siendo maltratado por su pareja? ¿Intervendríamos? 

En fin, que «Detrás del cristal», es una historia para tener en cuenta. La disfrutarás al mismo tiempo que te hará reflexionar.

Por cierto la preciosa portada es obra del autor Iván Hernández con quien tuve el placer de trabajar en el diseño de la portada de mi novela. Creo que tiene un talento innato para crear.

Para saber más sobre Mayte Esteban podéis visitar aquí su blog personal.

Ahora os dejo con un pequeño párrafo:

«A veces somos estúpidos y las novedades nos seducen, impidiéndonos ver que lo mejor ya lo tenemos. A veces nos dejamos llevar por personas que dibujan para nosotros un escenario donde somos las estrellas principales, sin darnos cuenta que las luces del teatro deslumbran tan sólo por un par de horas, apagándose de pronto y dejando el alma en la más completa oscuridad».


            

4 comentarios:

  1. A mi no me gustan los personajes perfectos, porque entonces parece que estoy leyendo un cuento. A sí que la apunto.

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  2. Creo que no sé crear personajes mega perfectos, ni seguir las reglas en cuanto a los géneros. Creo que intento reflejar la vida pero, como digo en mi blog, distorsionándola a través de mi propia percepción. Sé que el principio, la actitud de Ana, es poco comprensible pero me servía para remover la tranquilidad y poder contar el resto de la historia. Pero mira cómo es la vida de curiosa: a los dos o tres días de publicar la novela, una mujer dejó a su bebé de ¡DOS MESES! abandonado en un bar. Sin nota ni nada. Sin volver a buscarlo ni una sola vez.
    A veces, los imposibles son posibles.
    Me alegra mucho que hayas visto eso que no está escrito, que sólo flota entre las líneas, nuestra cobardía muchas veces al ser conscientes de que alguien lo está pasando mal. Nos refugiamos en que todos tenemos problemas y cuando las situaciones se desbordan la culpa hace su aparición, nos sentimos culpables de no haber dado un pequeño paso que podría cambiarlo todo.
    Sigo escribiendo sobre personas que se equivocan, que cometen errores. Me gusta, aunque reconozco que también estoy dándole vueltas a una comedia romántica con todos los ingredientes del género que me está divirtiendo escribir. ¿Conseguiré crear personajes de libro? Pues... no sé yo.

    Un beso, Mayte.

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    1. En la vida real ocurren sucesos incomprensibles cada día, incluso alguno que si lo viéramos reflejado en una novela nos resultaría difícil de imaginar. Pero lo cierto es que, como bien has dicho, cosas así pasan.
      De todas formas, la novela es mucho más que eso.
      Por otro lado, yo te animo a seguir creando personajes como los de "Detrás del cristal"; imperfectamente perfectos.
      Un abrazo.

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